En él, se realiza una completa revisión al gran resultado que las viñas chilenas han obtenido trabajando esta cepa: “en la última década he probado algunos hermosos ofrecimientos de Chile, los suficientes para hacerme creer que es uno de los países más prometedores para producir Syrah de alta gama, aunque en el contexto chileno es un niño relativamente pequeño”. Además Cooper, se mostró sorprendido por la rápida adaptación de la cepa al terroir del país.
Este fue el caso de este Syrah de 1865, que sorprendió al Master of Wine gracias a su “Expresiva y profunda nariz con tierra horneada, notas cárnicas, tapenade de aceitunas negras con moras y cinco especias. Una sensación voluptuosa en boca con bolsas de futas negras, taninos cincelados como la tiza pero flexibles y una acidez bellamente juzgada, que es la clave de este vino. Maravillosa textura y fruta viva. Muy impresionante. Serio y listo para beber, aunque aún le quedan años”.
Como ya es tradición en los vinos de 1865, la perfecta combinación entre cepa y viñedo, da como resultado una gran expresión de las características de este Syrah, que busca seguir cautivando a sus consumidores y a la crítica alrededor del mundo.