A fines de 2014, el equipo agrícola de Viña San Pedro comenzó a buscar un nuevo origen extremo para la elaboración de Pinot Noir. Fue así como llegaron a la zona de Purén, en la ladera Este de la Cordillera de Nahuelbuta, en el inexplorado Valle de Malleco. La primera idea que resonó en el grupo, fue que para hacerlo sostenible y el vino realmente reflejara su origen, tenía que ser elaborado junto a las comunidades.

Luego de varias conversaciones, guiados por Indap y apoyados por la Comisión Nacional de Riego, Viña San Pedro selló un acuerdo inicial con la Comunidad de Buchahueico para plantar 10 hectáreas de Pinot Noir junto a cuatro familias, cada una con 2,5 hás plantadas en sus propias tierras. Los exitosos primeros resultados, hicieron que este 2019, se sumaran dos nuevas familias al proyecto y las plantaciones crecieran en 5 hás más.

A cuatro años de iniciado el periplo, el primer vino mapuche está por debutar en el mercado bajo el nombre de TAYU de 1865 Pinot Noir 2018, Valle de Malleco, el que fue elaborado por la enóloga Viviana Navarrete, considerada una de las mejores enólogas chilenas en esta cepa. Tayu que significa “nuestro” en mapudungun, refleja el verdadero espíritu que ha guiado el proyecto, donde Viña y Comunidad han trabajo codo a codo.

Los viñedos de la Comunidad se ubican en una zona costera con fuerte influencia de la Cordillera de Nahuelbuta, los suelos son rojos graníticos con abundante incrustaciones de cuarzo y textura franco-arcillosa. El efecto del granito en los Pinot Noir, es producir bocas vibrantes, frescas y con grip, atributo muy valorado en vinos de alta gama.

Estas condiciones naturales, sumadas a un cuidadoso trabajo en los viñedos, permitieron que San Pedro y Comunidad, celebren el nacimiento de un Pinot Noir de calidad excepcional, reconocido por la crítica como Vino Revelación, destacando en esta primera cosecha con 95 puntos*.

“El punto más destacable de este proyecto, comparando con otros en Chile, es la gente involucrada. En Buchahueico las familias (lo dueños de los viñedos) son los viñateros y por ende está toda su dedicación. Cada uno vela por 2,5 hás, lo que permite tener un cuidado y detalle único, solo comparado a los productores que uno ve en la Borgoña. Esto es clave para hacer vinos de alta gama, un cuidado profundo por las vides, máximo foco y lo más importante: aprendizaje desde la observación en terreno” aclara Navarrete.

Tayu destaca por un color intenso debido a sus pequeños racimos y apretadas bayas, en nariz se muestra especiado y herbal, con un claro identificador de notas a paico, poleo y boldo (hierbas que se encuentran naturalmente en los viñedos), junto con fruta roja ácida y fresca como la guinda. En boca es muy fresco, con buena tensión mostrando el efecto del suelo granítico, junto con una acidez vibrante que acompaña a un largo final.